Mariposa es el termino que usamos al referirnos a la glándula de tiroides, por su aspecto muy similar.
Al recorrer físicamente este camino he decidido señalizar las cuestas arriba y la superación de esta enfermedad; porque he tenido en claro que nadie te comprende como quien ya ha pasado por esto. No tuve síntomas previos, solo palpe en mi cuello un bulto.
A los 25 años fui diagnosticada de Cáncer Papilar de Tiroides.
Cuando escuché la palabra"Cáncer", comencé un camino sembrado de dudas e incertidumbres. Busqué muchas opiniones, no le di tiempo a la depresión . Lo importante y positivo fue prepararme psicológica mente.
Una enfermedad como el cáncer supone un largo camino que recorrer, con distintas etapas y diferentes retos en cada una de ellos, debía de concienciarme de que sería difícil , que tenía que comprender que todo aquello era emocionalmente muy complicado. Poco a poco pase del desconocimiento total al conocimiento del proceso.
- En la primer etapa: análisis de sangre, ecografía y una PAAF (Punción Aspirativa por Aguja Fina)
En la segunda etapa: Cirugía, en este caso Tiroidectomía (extirpación de la glándula).
Una glándula de la que poco conocía y de la que fui entendiendo lo importante que era, regula el metabolismo del cuerpo.
Funciona como sistema de retroalimentación junto a otras glándulas que se encuentran en el cerebro.
A través de una maqueta se me fue explicando el procedimiento de la remoción de la glándula junto al nódulo. La cirugía podría durar entre 3 a 5 horas, aunque su ubicación parece superficial; por ella atraviesan arterias, están las glándulas paratiroides que controlan el nivel del calcio, muy cerca se encuentran las cuerdas vocales, el nervio recurrente que es el encargado de los impulsos motores y sensitivos. Es muy importante que esta cirugía la realice un especialista en cabeza y cuello.
Se me advirtió que iba a ser conectada a un respirador, o sea, intubar ya que estaría mucho tiempo bajo el efecto de la anestesia y necesitarían hidratar. Todo este conocimiento que adquirí en la consulta con el cirujano fue esencial, positiva la información. porque tenemos derecho a saber que se hará paso a paso, es nuestro cuerpo expuesto.
- En la tercer etapa, se envía la pieza a un patólogo. Una vez recibido el resultado patológico, se confirmó que el cáncer era de tipo papilar y que de fondo existía una Tiroiditis de Hashimoto . ¿Que es esto? -La explicación que recibí fue increíble: Por alguna razón mis anticuerpos se vuelven loco y atacan a la tiroides como si fuese un cuerpo extraño hasta enfermarla.
- En la cuarta etapa comienza la parte más complicada del tratamiento, radioyodo (yodo radiactivo I-131). Sentí mucho alivio al saber que no tendría que pasar por una quimioterapia clásica pero también sentí mucha inseguridad ante una terapia metabólica con radioyodo. No solo la palabra despertaba mi miedo, también toda la normativa de radioprotección que rodea el tratamiento me llenaba de inseguridad. Aislarme totalmente durante varios días, aislar todo utensilio personal aunque estuviese sola, hay un protocolo que se nos da a seguir paso a paso.
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Casi dos años después de la cirugía me embaracé. No fue planeado. Mi endocrinóloga sugirió interrumpir el embarazo por miedo a las secuelas por la radiación que había estado recibiendo podrían afectar al bebe, mi ginecólogo optó por investigar. Seguí adelante con mi embarazo, lo que se interrumpió fue el tratamiento. Pasé por tercera vez, los más hermosos meses que una mujer puede anhelar. Y nació mi tercer hija, sin ninguna complicación. Así que es posible ser madre después del cáncer de tiroides. Una vez que pase por el parto y me recuperé, debía volver al tratamiento.
11 Años desde mi diagnóstico y cirugía, llevo 7 BCT con I 131 (barrido corporal total) negativos.
La noticia del cáncer nos saca de nuestra cotidianidad para abocarnos a un nuevo camino marcado por la secuencia necesaria de tratamientos a seguir. Como paciente siempre hay un momento duro, en que perdemos la fuerza y la fe en nosotros mismos. Recorrer el camino de esta enfermedad requiere de tenacidad y perseverancia, saber valorar y cuidar fuerzas para no agotarnos.
Hay que conectarse con la vida, mantener nuestra mente activa; como mencione en algún punto, una de las secuelas de esto es tener cierto déficit de concentración. Por ejemplo, una conexión con las actividades físicas, sobre todo aquellas que impliquen una concentración total en el ejercicio como las clases aeróbicas, que se preparan con coreografías. Siempre digo que esa parte es un "cable a tierra" o todo que nos quite pensamientos negativos, lo es. Disfrutar de todo aquello que postergábamos por algunas razones. Ya no hay excusas, ahora tenemos motivos para darnos un gusto, cumplir un sueño y muchas cosas más.
¿Se puede vivir sin tiroides? Si, se puede. Siempre dependiendo de una hormona sintética que se toma a diario y que no es autorregulable, solo nuestro médico debe modificar la dosis dependiendo del resultado de una analítica. Es vivir en una montaña rusa, con días buenos y días malos. Se puede trabajar, estudiar, practicar deportes, etc. Sólo no debemos permitir que tener cáncer condicione nuestra vida. YO ME NIEGO QUE TENER CÁNCER CONDICIONE MI MANERA DE VIVIR.
Te felicito Vero por el blog y animarte a contar tu experiencia de vida, que quizás ayude y sirva a personas que pasaron o están pasando por la misma situación a no decaer y a tener ganas de vivir y seguir adelante día a día. Un beso
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