Cuenta la leyenda que en ocasiones cuando la mariposa del cuello se enferma, viene el sanador y nos lleva al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas y quita la mariposa enferma.
Pero si ese sanador es de Hogwarts y Quidditch que gracias a otra magia otras mariposas se depositan en nuestro estómago produciendo un enamoramiento constante.
Todo en la vida nos da mariposas en la panza: los afectos, la vida cotidiana, un pequeño descanso, la música, un buen libro. Y así, sin la mariposa en el cuello y con las mariposas en la panza, viviremos el resto de nuestras vidas, enamorados.
Feliz Día y Semana de la Tiroides para todas esas mariposas que volaron.
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