martes, 19 de enero de 2016

A Mi Madre.

Mi Madre no fue una mariposa, pero si le dio batalla al cáncer.
Hace un tiempo decidí contar mi experiencia, una visión de mi lucha contra el cáncer de tiroides, mis miedos, mi calidad de vida, y mis emociones.
Hoy le dedico un espacio a esa persona que me dio vida.
El cáncer tomo su mama derecha, su hígado, su cerebro..
La despedí en el momento en que más la necesitaba, suena egoísta pero estuve a su lado cuatro años de su lucha. ¿Por qué ella no haría lo mismo por mí? ¿Por qué bajo los brazos? ¿Se dejó vencer?
Se fue sin saber que yo también transitaba el mismo camino, que estaba en la misma vereda.. me prohibieron contarle mi situación. Me enoje y mucho! ¿Por qué mi madre no debía saber que yo tenía cáncer?!!!
Lo entendí: lo peor de tener cáncer, es tener un hijo con cáncer. Entendí que esto desmorona a cualquier persona.
¿Algo absurdo? ¿paradójico? ¿casualidad? ¿causalidad? ...No lo sé, pero luego de mi larga cirugía desperté con un par de tubos colgando en mi cuello. Recuerdo recorrer con la vista la habitación y ver a mi padre sentado al lado de mi cama. La habitación estaba casi a oscuras y otra cama, vacía...La habitación y la cama vacía donde no hacía menos de veinte días atrás había ocupado ella, en sus últimos días...No puedo describir la mezcla de sensaciones de ese episodio sin quebrarme en llanto.
No puede elaborar mi duelo, me quede estancada entre la ira y la tristeza por mucho tiempo.
 En momentos de ansiedad y desesperación, me escapaba hasta su tumba y pasaba horas sentada frente a ella buscando alguna respuesta, me sentía abandonada por mi madre...
Cuando preguntaba: ¿cómo hago para seguir?. Reciba respuestas como: "Recordarla con alegría, así como era ella." No muchos entienden que es imposible recordar a una persona que ha muerto de cáncer "en sus mejores momentos"; porque la última imagen que queda, es la de una persona devastada, pálida y con pañuelo en su cabeza cubriendo su calvicie. Sólo en mis sueños puedo verla como era: con su cabello negro azabache, brillante y que tanto le gustaba cuidar. Sus ojos marrones claros, siempre me sonríe, jamás la veo triste, así mismo nunca me habla...sólo sonríe.
Han pasado años en que se fue, años en que el cáncer le gano su batalla...
Su ejemplo de lucha me dio las herramientas elementales para avanzar; después de todo no me abandono. Pero me quedo con la pesadumbre de por qué yo si lo logré y ella no...
Tal vez no fue una Madre perfecta, fue una madre con aciertos y errores...pero ¿quien no es así?
Mi expectativa era envejecer a su lado, ahora sólo envejecerá su recuerdo junto a mi corazón.

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